Micaela Cnes
Periodista curiosa. Redactora de contenidos. En busca de celebridades y sus lujos. Amante de los desafíos.+ info
Axl Rose, es una de las celebridades más reconocidas en el mundo de la música. La increíble trayectoria junto a los Guns N Roses, hace que sea por muchos considerados como una leyenda del hard rock estadounidense. Un grupo que sigue transformando y cautivando a distintas generaciones.
Sin embargo, en esta oportunidad Axl Rose muy fiel a su estilo, dio la nota. Con su personalidad bastante frenética y polémica, incluso en los escenarios, el vocalista disfrutaba una vida con grandes lujos, pero también con litros y litros de exceso. Algo que parecía ser común para las bandas de esa época, pero que, sin embargo, podía conllevar a que lo perdieran todo en un abrir y cerrar de ojos.
Axl alquiló uno de las lujosas berlinas de Bentley, con el propósito de dar una vuelta y disfrutar esa placentera experiencia al volante. Sin muchos proyectos, más que experimentar estar al volante de esta marca. Para ello, el elegido fue un Bentley Continental Flying Spur. Un coche que cuenta con un motor V8, capaz de desarrollar 635 CV de potencia y 900 Nm de par motor máximo. Un diseño sin duda muy potente que tiene un valor que ronda los 220 mil dólares, en sus versiones más económicas.
Por otro lado, este diseño combina materiales clásicos con tecnología de vanguardia. Además, no tenemos que olvidarnos del lujo que desprende este modelo en cada rincón, en conjunto con las posibilidades de configuración, que hacen que cada conductor pueda contar con un diseño exclusivo. Algo que no es para nada poca cosa, ya que estas grandes celebridades siempre buscan de una u otra manera destacarse en su paso por la carretera.
Un carro que representa un gran número de ventas en el mercado, pero que poco pareció importarle al vocalista. Seguramente bajo efectos del alcohol, Axl devolvió este fabuloso vehículo en condiciones desastrosas, tanto a nivel interior como exterior. Por este motivo, a Bentley no le tembló la mano para demandarlo por una suma de 74 mil dólares. La marca oriunda de Reino Unido, lo tomó como una conducta muy poco seria por parte del cantante, y como una manera de querer perjudicar su producción. Sin embargo, Axl no salió victorioso de este suceso y Bentley se defendió.